Después de ser rechazada agresivamente, Momo Ayase se pone de mal humor cuando se topa con un chico que está siendo intimidado. Salvado por su imprudente bondad, el niño obsesionado con los extraterrestres intenta hablar con ella sobre intereses extraterrestres que cree que comparten. Rechazando sus afirmaciones, Ayase proclamó que ella, en cambio, cree en fantasmas, iniciando una discusión entre los dos sobre cuál es real. En una apuesta para determinar quién tiene razón, los dos deciden visitar por separado lugares asociados tanto con lo extraterrestre como con lo sobrenatural: Ayase visita el primero y el niño visita el segundo. Cuando los dos llegan a sus respectivos lugares, resulta que ninguno de los dos estaba equivocado y que tanto los extraterrestres como los fantasmas existen. Esto marca el comienzo de la aventura de Ayase y el niño, mientras intentan arreglar los elementos surrealistas, sobrenaturales y extraterrestres que los rodean para volver a una vida normal.